Soy inquieta domadora,
jinete de las horas que matan,
producto de palabras que sueñan.
En el viento escucho
canción de canciones;
aquel lejano cántico de mil corazones,
que siempre cautiva
a todos los errantes.
Noche vaga,
manto hacía el infinito.
Es en tu cielo dónde
aprendí la rima y el verso.
Soy trovadora de las ruinas
que vive de lo que tiras.
Soy tu fiel amante,
Luna que brilla alto;
musa de los enamorados.